Querida Levi,
Además, nunca podré tocar el amanecer, pero tu piel es lo más cerca del cielo que han estado mis dedos. Y tus ojos azules, intensos como el mar. Oscuros como si hubiera una tormenta en ellos cuando te enfadas, y casi transparentes cuando sueñas despierta. Ojalá pudiera ser un marinero y perderme en el mar de tus ojos.
Cuando te veo siento mil cosas a la vez, me llenas de energía. Pero cuando te vas, siento como si me desinflara. Cuando oigo tu voz me digo a mí mismo que esto no puede ser real, parece que esté hablando con un ángel. Pero no, te cojo de la mano para comprobarlo y lo frías que están me hacen sentir un escalofrío.
Ya ha terminado de salir el sol, y el cielo se ha vuelto azul. Toca volver a casa, ojalá estuvieras esperándome allí. Pero como dijo alguien alguna vez, mi casa está donde estés tú.
Besos. X
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